sábado, 14 de julio de 2012

El rincón de los sueños


Sobre retos y objetivos en la empresa, en el deporte y en la vida.

La psicología nos ha recomendado que a la hora de plantear objetivos estos deben ser alcanzables pero lo suficientemente dificultosos y motivantes como para promover la acción. En el mundo empresarial se sabe muy bien de esto, pero tal vez sea en el deportivo donde se tiene la idea más clara. No hace mucho el maestro Ettore Messina proponía como ejemplo los escalones a salvar por un niño, diciendo que si son excesivamente altos a lo mejor intentaría salvarlos pero enseguida se frustraría y desistiría. Sin embargo, si son excesivamente bajos dejaría enseguida de ser un reto para él el subirlos, provocándose la correspondiente desmotivación ante la falta de un movilizador. El reto que planteaba para los responsables de poner objetivos a otras personas era el proponer distintos “escalones de habilidad” a estas personas, adaptados a sus condiciones, de tal forma que podamos conseguir confianza. “Confianza” es una palabra clave. Puede ser el factor que nos ayude al cambio necesario o sustente el proyecto bien encaminado.

José María López (colegio Areteia) en la
 cima del Veleta...todo un reto.
Bien, pero yo me planteo la disyuntiva con la limitación que supone ponernos límites.  Los limites que me pongo y pongo a los demás resultan “extremadamente limitantes”. Cuando creo que es inasequible para mí o para la gente a mi cargo, pongo una barrera que marca hasta dónde cómo mucho voy a llegar…Mis expectativas se pueden convertir en un máximo alcanzable, pero a lo mejor ni siquiera alcanzado. Desde luego que lo más normal es que no superado.
El matiz debe estar en la gestión del fracaso, en la lucha contra el desaliento y en el disfrute de hacer las cosas, independientemente de que se queden en el intento…porque “intentar” puede suponer “hacer”, depende de nosotros y de cómo queramos interpretar nuestras vivencias y las de los que me rodean. Si se disfruta de la preparación del viaje y del viaje, y se comparte esta experiencia, el llegar al destino o no puede resultar secundario, el alcanzar la cima o no puede convertirse en una anécdota a contar. Llegar arriba debe ser fascinante. ¡Seguro que no son muchos los que han llegado a una cumbre de valor y pueden disfrutar de compartirlo! Pero lo que si debe estar a nuestro alcance es soñar y luchar por un sueño, disfrutando del camino y su preparación e insisto, compartirlo. ¿Por qué limitarme en estos sueños? Lo que no puedo dejar es de vincular a los que me rodean con mis sueños, para que los sientan suyos o vincularme yo con los suyos, para poderlos sentir míos, pues se sueña mejor en compañía, se disfruta más rodeado y arropado.

Los que nos rodean pueden querernos ayudar haciéndonos poner los pies en el suelo en determinadas circunstancias en las que podemos ver difuminada la realidad y plantearnos retos que pueden hacernos daño o resultar excesivamente complejos en su disfrute, pero deben tener cuidado con no cortarnos esas alas que nos permiten volar tan lejos y tan alto como nos deje nuestra mirada convencida.

Con frecuencia son otros los que nos proponen retos y nos hacen soñar. Si lo saben hacer se convierten en facilitadores vitales que nos pueden ayudar a vivir nuestra vida de una forma más atractiva. Conseguir el deseo de levantarnos todas las mañana para perseguir algo, día tras día,  tiene que ser algo fascinante. Si alguien nos ayuda a hacerlo seguro que se convierte en digno de tener un rincón en nuestro corazón, seguro que se convierte es merecedor de participar de nuestros recuerdos y seguro que así, con esto, sentirá que su aportación es tan justificante como para querer seguir poniendo una reseña en ese “rincón de los sueños”.

El Angliru, reto o locura
El deporte nos enseña tal vez mejor que nada cuáles son nuestras limitaciones. Nos permite sentir y soñar, proponernos metas e ilusionarnos para desarrollar un trabajo duro en pos de unos objetivos cuya consecución puede ser más que dificultosa. Nos hace reír, a la vez que nos obliga a sufrir. Nos hace darnos cuenta de la necesidad y grandeza del esfuerzo para conseguir las cosas que realmente tienen valor. La vida presenta rampas muy duras, pero quien se ha puesto el uniforme de gladiador y ha saltado al circo día tras día con el objetivo de llegar a la cumbre sabe que al final la recompensa puede estar a la vuelta de esa curva que se vislumbre entre la niebla, allá arriba, donde no pensaste que podías llegar, pero donde soñaste en hacerlo.

martes, 3 de julio de 2012

Movilizadores (desarrolladores) sociales


Este es un pequeño homenaje a aquellos que engrandecen lo que los rodea…

Pablo Carabias montando uno de sus shows en el colegio Areteia
Suelen sumar, rara vez restan. Tienen sueños y ayudan a los que los rodean a soñar. Crean un mundo mejor, más atractivo, ayudan a que pasen cosas.

Son personas que miran el lado amable de la vida y actúan. Ven los problemas, pero no los convierten en una rémora, sino en obstáculos a salvar. Van contra tendencia. Siguen el sentido de la lógica y no de los sentimientos cortoplacistas que nos llevan a tomar decisiones desacertadas.

Quieren hacer y dejan hacer. Saben que los proyectos de valor tienen muchas manos. Brillan y con su brillo iluminan a los que los rodean. Quieren que haya "foto", pero no necesitan salir en ella, saben apartarse y da las gracias a los que saben deben dar las gracias, pues sin su esfuerzo y compromiso el resultado no hubiera sido el mismo.

Alberto López Ribé ha hecho de su sueño, la ABC, el sueño de muchos
Nos ayudan a ser mejores, pero sin lugar a dudas nos exigen también ser mejores.
Caen, como todos, pero cuando lo hacen se levantan con más fuerza, con energías renovadas y con un firme compromiso de tratar de no volver a caer, aunque ocurra otra vez.

Buscan la sinergia y practican terceras alternativas, aquellas que esquivan el enfrentamiento entre el TU y el YO y buscan un NOSOTROS en el que todos salen ganando.

Provocan admiración, pero también generan mucha incomodidad, pues su deseo desmedido de hacer y hacer bien saca a la luz muchas simplezas. La mediocridad deberá quedar al lado.
Luis García Carretero, coordinador pedagógico del Colegio Areteia,
colaborando con los sueños de otros consciente de que sino serían imposibles
Sin duda, sin ellos la vida sería menos cansada…pero mucho menos atractiva.

Son exigentes, pero lo primero que hacen es exigirse. No toleran la falta de compromiso y esfuerzo y pueden llegar a ser duros en el trato, pues vislumbran un futuro mejor que hay que crear con esfuerzo y compromiso y no están dispuestos a quedarse en el camino.

Con ellos no basta el término medio: o estás con ellos o no estás. El premio, la búsqueda de la excelencia que llegará o no, pero seguro que será buscada. El camino de la excelencia se convertirá en un atractivo camino, alejado de la soledad.
Gabriel Alemany, ¿empresario o soñador?

Saben identifica las “normalidades negativas” y salvarlas sin desgaste ni pérdida de recursos obligados para esfuerzos necesarios. Hay que saber convivir con aquellas cosas que no son deseables, pero que son inevitables y que hay que saber asumir...y lo hacen sin más.

Son líderes y no necesitan decir “sígueme” para desear seguirles. Su ilusión es contagiosa y transmiten deseo de esfuerzo compartido y de proyecto común. Sienten , pero sobre todo "hacen sentir", conscientes de que esto es mucho más bonito.
Jesús Pérez-Castilla, fiel ejemplo del trabajo en la sombra que deja
 una huella imborrable. En San Agustín muchos se han dado cuenta...

Parece que no necesitan palmadas en la espalda, que pueden conformarse con la satisfacción de haberlo dado todo y de un trabajo bien hecho al que su afán de perseguir excelencia le pone muchos peros. Pero no es cierto. Como todos necesitan algo más que viene de fuera, no solo ese sentimiento interior crítico y afirmativo.





Miran a su alrededor y al ver a los que les rodean sonreír, sonríen. Saben que su labor está cumplida...

Fran Rodríguez Plasencia y Jota Cuspinera, con uno a la
 izquierda y otro a la derecha todo es más fácil...



lunes, 4 de junio de 2012

Sobre el trabajo en equipo

Hoy me han hecho recordar un artículo que publiqué en mi antiguo blog en el que hablaba del trabajo en equipo, pero también hablaba de otras muchas cosas. Hablaba del compromiso, de la confianza, del trabajo bien hecho, de los sueños cumplidos y los sueños difíciles de cumplir. Pero también hablaba de lo duro que puede ser perder las cosas que realmente tienen valor. Rememora una de las hazañas del deporte español en las pasadas Olimpiadas de Pekín. Buen momento para recordarlo, ahora que se acercan las de Londres. Os dejo con él:
EL CICLISMO, UN DEPORTE EN EL QUE MIRARSE

Ayer ganó un Tour y hoy trabajando para otro,…Ayer estrella, hoy peón.
 
Carlos Sastre, más de una década esperando para alcanzar la gloria. Durante años fiel escudero de grandes ciclistas (Jalabert, Olano, Beloki, Hamilton, Basso) para, en el ocaso de su carrera, deslumbrar al mundo ganando un Tour en el que todos le daban como aspirante, pero pocos hubiéramos firmado su victoria.
Y, 15 días después de esa gran hazaña, aparece convertido en el máximo valedor en la exhibición de Samuel Sánchez, ¡campeón olímpico!, un “pata negra” al que pocos concedían opciones, pero que lleva años desde el anonimato, flirteando con la élite del ciclismo mundial.
El ciclismo no es como otros deportes, en los que cuando el equipo alcanza el éxito, dicho éxito es recompensado a nivel general mediante una medalla o un título cuya posesión corresponde a cada uno de los miembros del equipo.
El ciclismo no es así. Un deporte en el que el trabajo en equipo alcanza su expresión máxima, recompensa sin medalla o sin título a aquellos que no pasaron la meta el primero, pero que trabajaron hasta la extenuación para que un compañero la pasara.
La victoria de Samuel en la Olimpiada de Pekín es un ejemplo. Contador, todo un campeón del Tour y del Giro, ni siquiera pudo llegar a meta debido a que se había dejado sus fuerzas trabajando para sus compañeros de selección. Carlos Sastre llegó a más de 6 minutos después de trabajar incansablemente para otros (como otros trabajaron en el Tour para él), cuando si hubiera perseguido el interés propio, seguro que hubiera estado con los primeros (demostró un estado de forma espléndido). Alejandro Valverde, máximo favorito junto con Bettini, aprovechó su condición de referencia para el resto de favoritos, para realizar una labor de contención, viendo como otros se quedaban a su estela vigilando sus movimientos mientras Samuel caminaba con paso firma hacia la gloria. Esta vez el gran Freire debido a sus problemas físicos quedó en un segundo plano.
Como vemos, todo un trabajo de equipo magníficamente rematado por uno de los miembros del mismo, que será el que aparecerá para la posteridad reflejado en el medallero, mientras que al resto solo le quedará la satisfacción de haber sido una pieza vital a la hora de construir la victoria y a lo mejor el reconocimiento de los seguidores, que tal vez no tardarán mucho en olvidarse de su gran trabajo.
El ciclismo se muestra una vez más como un deporte en el que el trabajo de equipo llega a su máxima expresión y en el que la humildad y sacrificio de la mayoría lo convierten en un espejo en el que mirarse y querer aprender para otros deportes y por qué no, para el mundo empresarial.
Con el apoyo de tu equipo más fácil...¡en el Colegio Areteia lo saben!
Es un ejemplo a dar para nuestros jóvenes deportistas que practican un deporte de equipo en la que la colaboración y la cooperación pueden resultar indispensables, pero en las que los egoísmos e individualismos suelen aparecer, frustrando la consecución de lo que debería ser el objetivo aglutinador para todos lo integrantes, aunque individualmente, es lógico, cada persona pueda tener sus propios objetivos secundarios.
En los deportes de equipo sin la colaboración de otros es difícil alcanzar el éxito. Solo con su colaboración seremos capaces de intentar luchar por algo que redundará en el beneficio propio, pero a buen seguro también en el del resto.
Michael Jordan, uno de los mejores jugadores de baloncesto de la historia, decía que cuando algunos de los jugadores de un equipo no están dispuestos a sacrificarse por el bien del equipo, curiosamente, las metas individuales se convierten en más difíciles de alcanzar. Decía que “si los objetivos se conciben y logran como equipo, las carreras individuales destacarán por sí mismas”.
 
En el ciclismo no creo que siempre sea así. Por eso me he querido acordar de ese deporte que tanto nos puede ayudar por sus numerosos ejemplos para dar a nuestros jóvenes deportistas, aunque haya en él muchos anónimos que nunca alcanzará más que pequeño reconocimiento de aquellos para los que trabajó y el anonimato para el resto.
Jose, profe de Colegio Areteia, con Alberto Contador
He aquí mi pequeño homenaje a un deporte que tiene tramposos (pocos), como hay en todos los deportes, a los que afortunadamente se les suele pillar, pero que es mucho más que eso (aunque a veces sea lo que más nos muestran los medios). Es ante todo, un deporte en el que mirarse…

El mundo empresarial tal vez debiera tomarlo en muchos aspectos como ejemplo. Sin lugar a dudas la sinergia estaría más cerca.

Lástima que menos de dos meses después del éxito de Pekín, en el Campeonato del Mundo de Varese, las palabras del seleccionador español de ciclismo, Paco Antequera, al finalizar la prueba: "Hemos hecho el ridículo", no hicieran sino constatar que las cosas, aunque las tengas, se pierden si no las cuidas. Y cuanto más valor tienen, mayor esfuerzo a la hora de cuidarlas requieren, pues mayor es el valor de lo que se pierde.

domingo, 20 de mayo de 2012

Sobre inversión en formación y lealtades


No se si hubo un tiempo en el que la lealtad a una empresa era un valor, pero lo que si es cierto es que ese valor está hoy en día más que cuestionado. La lealtad no consiste en aceptar pagos excesivamente gravosos, en ir en contra de tus intereses, en hacer algo que no estás dispuesto a hacer bajo ningún pretexto…Pero si debe consistir en mirar alrededor y ser empático, en ser agradecido y buscar más allá del corto plazo y de aspectos puramente materiales, en responder a los que respondieron por ti, en mirar lejos y sentir cerca…


Ser leal es devolver a tu empresa ahora que vales lo que ella te dio cuando no valías. Es pensar en lo que toca hacer y cómo hacerlo mejor en vez de estar pensando en lo que podrías hacer en el futuro en otro lado. Es soñar con tu gente, en vez de soñar con otros. Es sentir el momento en vez de pensar en otros momentos.


Con frecuencia las empresas hacen apuestas. Invierten tiempo y otros recursos en la formación de trabajadores que cuando son contratados a lo mejor no valen lo que su sueldo establece pero que el empleador espera que algún día valgan lo que realmente se les paga. Formar a los trabajadores no suele ser fácil. No suele ser cómodo. Es costoso. Invertir en capital humano puede ser una gran inversión…pero también la más amarga de las aventuras. Es meter poco a poco dinero en una hucha con el sueño de llenarla. ¿Qué pensarías si cuando está llena alguien viene y se la lleva?


Todos tenemos derecho a soñar, pero lo que no deberíamos usar es a aquel que nos amparó y dio cobijo en los principios y en los malos momentos como trampolín de otros proyectos sin más.


Ser leal es saber que a veces tienes que anteponer los intereses de tu empresa a los intereses personales de ese momento, porque eres lo que eres y tienes las oportunidades que se te brindan gracias al esfuerzo de otros, a que otros apostaron por ti cuando no había datos, a que otros soñaron por ti cuando tu eras incapaz de tener sueños…


¿Por qué no sacrificarse por los que algún día lo hicieron por ti?


El mundo empresarial está lleno de desapego, de falsas promesas, de falta de ética, de falsos compromisos. Algunos defienden con huelgas unos derechos laborales más que protectores. El empleador parece estar solo. Sacar un proyecto adelante requiere mucho esfuerzo y buena compañía. Esta compañía se tiene o se crea. Esto es un ejercicio de liderazgo y de maestría que demanda la recompensa del apego de otros a tu proyecto. Sin esto emprender se hace difícil de sostener. Faltan ayudas a la iniciativa privada de los que a veces con demasiada alegría arriesgan su dinero. Los proyectos se convierten en sólidos con el apoyo de un equipo de trabajo que responde a las demandas de ese emprendedor que debe ser guía. Si él apuesta por su gente, no debería recibir el pago de la falta de compromiso con el trabajo y con el futuro. Pero esto parece que se convierte en lo habitual, en una sociedad huérfano de valores, en la que nos cuesta mucho mirar por los ojos de los otros.


Pero por desgracia algunos confunden lo que son con el color de la camiseta que se ponen…

jueves, 26 de abril de 2012

Compartiendo experiencias de liderazgo

LA FORMACIÓN EN ARETEIA

El pasado 23 de abril Jota Cuspinera Diéguez fue el invitado a la conferencia organizada por el colegio Areteia de Madrid. El título de la misma: “Compartiendo experiencias de liderazgo”. Jota demostró el por qué está reconocido como un gran comunicador y motivador. Es una persona brillante, de esas que te ayudan a ser mejor, que te exigen ser mejor.

Ante 120 alumnos de los 400 que tiene el colegio habló de comunicación, liderazgo, interacciones sociales, trabajo en equipo, generación de retos…y algo de baloncesto.

120 atentos alumnos. Jota Cuspinera al fondo.
Para Jota era una experiencia nueva. Está acostumbrado a hablar con adultos y jóvenes, ante auditorios complejos, pero lo que no había hecho nunca es meterse en un aula, cual profesor y enfrentarse a un público que esperaba mucho de él y al que sin duda sorprendió.


Alguna de las cosas que dijo fueron:

·         Hay tantas realidades como personas y cómo el cerebro nos engaña. Ya que el cerebro ve lo que quiere ver, ¿por qué no engañarnos cuidando el cómo nos hablamos a nosotros mismos?
·         Explicó como nuestros pensamientos condicionan nuestras acciones y nuestras acciones condicionan nuestros resultados. De ahí la importancia de lo que pensamos y del cómo actuamos.
·         El reparto de tareas es una condición necesaria pero no suficiente para que haya trabajo en equipo.
·         El no escuchar al otro es una gran dificultad para trabajar en equipo.
·         Escuchar consiste en vaciar tu mente.
·         No se trata solo de soñar…”¿Qué vamos a hacer para conseguir el oro”.
·         La formación es importante para conseguir objetivos, pero también para que no nos engañen.
·         Formarse requiere de tiempo.
·         Nuestras experiencias nos marcan.
·         De nosotros depende hacer las cosas o no hacerlas: “si creéis que no sois capaces no seréis capaces”
·         Toda experiencia es buena, aunque no todo experiencia termina bien.


Jota Cuspinera comunicando con pasión en Areteia. 
Hay movilizadores sociales. Son personas que suman, rara vez restan. Son personas que tienen sueños y te hacen soñar. Son ilusionantes. Transmiten emociones, contagian emociones. El lunes 23 de abril, un lunes cualquiera, estuvo en Areteia una de ellas. Ya nada debería ser igual…

martes, 17 de abril de 2012

Simplificando la Economía. Buscando la sinergia en el mercado de trabajo


Las empresas son lo que son sus empleados. A veces esto es una suerte para el empleador, otras, muchas, una atadura insoportable.

No debería ocurrir, pero con frecuencia cuando te acercas a un negocio es fácil ver si el que tienes delante es el dueño o un empleado.

Suele ser fácil identificar si el que tienes delante se está dejando lo piel en lo que hace, está comprometido, o simplemente está implicado. Y esto suele estar condicionado con su posición en la empresa.

El trabajador en ocasiones no se da cuenta que la pervivencia de la empresa está siempre en juego y con ello su puesto de trabajo. Un contrato indefinido no convierte su puesto en estable, lo mismo que uno temporal no lo debería convertir en volátil si se empeña. Una empresa que recibe más de lo que da a un trabajador nunca va a tener incentivo para prescindir del él…si la empresa supervive. Con este argumento, el trabajador para blindar su puesto de trabajo solo deberá preocuparse de ser productivo y aportar a su empresa, colaborando activamente en la supervivencia de la misma.

El empleador, en buena lógica, debería preocuparse por generar los medios necesarios para que el trabajador estuviera predispuesto a dar lo mejor se si y pagarle a final de mes lo que se merece. Así se generará una sinergia. Nadie debería tener incentivos para romper ese acuerdo ganador, salvo que alguna de las partes sea demandante de nuevas emociones…

Si se le implica en el resultado final, el trabajador podrá percibir el negocio como propio y estará predispuesto a actuar como actuaría el empleador.

El empleador podrá ver al trabajador como el mejor activo de la empresa y tendrá incentivos para no perderlo, cuidarlo.

Todo será más estable, el futuro generará menos incógnitas y la economía, ante la falta de determinadas incertidumbres constantes hoy en día, cotizaría previsiblemente al alza. Lo complejo podría convertirse en simple y dejaríamos de convertir lo simple en complejo…

jueves, 5 de abril de 2012

Ser emprendedor

Un emprendedor es aquella persona que inicia un proyecto empresarial, que generalmente implica un riesgo y que conlleva dificultades.

Por tanto, emprender es arriesgar. Es en muchos casos abandonar un entorno seguro en busca de un sueño rodeado de incertidumbre. Es no conformarse y estar dispuesto a vivir situaciones de peligro con el sustento de la ilusión por plantear tu propio futuro y dirigir tu proyecto.




Alguna de las cosas que requiere Emprender son:

-      Ilusión y pasión. Estar dispuesto a dar mucho sin tener claro lo que se recibirá a cambio, pero aún así, no plantearse apenas dudas.

-      Una actitud resiliente, la cual implica estar dispuesto a afrontar con actitud positiva los problemas que surjan y salir reforzado de ellos.

-      Aceptar las “normalidades negativas”, es decir, aquellas cosas que no deberían ocurrir, pero que inevitablemente ocurre, sin permitir que te quiten fuerzas, haciendo una gestión inteligente de ellas.

-      Estar dispuesto a levantarte cada vez que caigas, pues caerás.

-      Ser capad de tener vida fuera de la empresa…aun siendo consciente de que la empresa es tu vida. Hay que guardar espacios para tu vida personal y para cuidar otras facetas.

-      Ser joven de espíritu, independientemente de tu edad.

-      Saber tener la maleta preparada. Debes luchar hasta el final, pero también debes ser consciente de que a lo mejor llega el momento de abandonar y emprender nuevos sueños, pues un emprendedor es un soñador que nunca deja de soñar.

-      Practicar la escucha empática, generadora de sinergias. Al emprender deberás entrar en contacto con muchas personas y tu proyecto ineludiblemente dependerá de los resultados que tu interacción con ellas genere.

-      Saber motivar a la tropa. Tendrás personas a tu cargo y el resultado de tu empresa dependerá de su desempeño. Saber gestionar sus sentimientos, motivaciones y egos será vital.

-      Saber identificar qué se delega y qué no se delega. Hay cosas que deberás controlar tu. Otras, con su delegación, podrás conseguir más rendimiento y ser utilizadas como herramienta motivadora.

-      No conformarte con poco. Convertir cada día de trabajo en “una aventura de Excelencia”.

-      Leer, formarte, escuchar, querer aprender. Independientemente de cómo seas, aspirar a ser cada día un poco mejor. Aprender de los errores y sacar de cada experiencia una oportunidad de crecimiento.

-      Saber compartir los éxitos. Enajenar de ellos a los que colaboraron contigo genera soledad. Compartirlos genera entendimiento, cercanía, crecimiento.

Hablando con un  aguerrido emprendedor, José Gabriel Alemany, gestor de varios negocios, me dio unas pistas sobre lo que para él debe tener un emprendedor:

-      Estar un poco loco y tener un sueño o una misión (no me gusta la palabra pero es así).

-      Tener alguna habilidad o talento especial que te diferencie y desarrollarla por encima de todo.

-      Ser un encajador nato pero que tener claro que lo encajas para coger más fuerza.

-      Aprender y reconocer tus errores.

-      Escuchar, preguntar, observar de manera constante y siempre ir más a allá desarrollando un profundo sentido autocrítico con enfoque positivo.

-      Ser optimista y tener o poder conseguir recursos económicos para poder llevar a cabo su proyecto.

-      Emprender tiene mucha más inversión de lo que imaginaste, necesita más implicación, necesita más resistencia, habilidad y saber desarrollar talento en ti y en los que te rodean de lo imaginaste al empezar.

Un emprendedor es un guerrero, siempre dispuesto a luchar. Y esa lucha hay que decidir si la afrontarás acompañado de socios o en solitario, externalizando todo aquello que no puedas gestionar por ti mismo. Esta es una decisión muy personal. Algunos dirán que más vale solos que mal acompañados. Otros, que los riesgos y problemas se afrontan mejor en compañía…


En este enlace se puede ver un artículo complementario:
http://areteiaeconomia.blogspot.com.es/2012/04/empresario-emprendedor-intraemprendedor.html

miércoles, 28 de marzo de 2012

Las claves del éxito


Compromiso, rendimiento y educación son las tres claves que sumadas dan el éxito. Deben ser exigibles y exigidas. Si estamos al frente de un grupo no podemos conformarnos con ver como se falla en alguno de estos aspectos, sino que además de proponerlas como fin, debemos asentar las bases para su consecución.


En la situación actual de la economía, las empresas y grupos que quieran sortear las duras condiciones económicas deben tener claro que si consiguen triunfar en estos tres aspectos su perdurabilidad estará asegurada.

Compromiso es estar presente e implicado. Es hacer las cosas que has dicho que harías, de la forma que las harías y en los plazos prometidos. Es no esperar a que te digan que hagas, porque ya estás en camino. Es soñar pero estar despierto.

Rendimiento es conseguir resultados. Es demostrar que tu duro trabajo tiene unas consecuencias. Es no conformarte con lo que hiciste ayer y esperar que hoy los frutos sean superiores. Es no buscar escusas y poner ya remedio. Es decir con orgullo que “aquí están las consecuencias de mi trabajo”.

Educación es dar los buenos días…Es tratar bien a los que te rodean. Es dar a la gente lo que se merece o lo que quieres que algún día se merezcan. Es dejar de un lado el orgullo cuando hay que hacerlo. Es saber perdonar por que hay que saber estar. Es estar cuando hay que estar.

Podemos estar en el barro regodeándonos con nuestra mediocridad o podemos empezar a intentar salir de él en busca de la excelencia. Podemos soñar con que podíamos haber sido grandes o podemos poner los medios para ser merecedores de grandeza. Los que han alcanzado la grandeza saben de lo grande de ella, aunque en la cima se pueda estar poco tiempo por las duras condiciones en las que allí te encuentras. Seguro que merece la pena intentarlo y poder recordar siempre…

 “La grandeza, aunque efímera, es para siempre”.


lunes, 5 de marzo de 2012

Formar a los jóvenes, nuestra obligación


LA FORMACIÓN EN ARETEIA


Bajo el título de “El baloncesto es una herramienta que enseña” el pasado 2 de marzo de 2012 Pablo Martínez-Arroyo, ex jugador profesional de baloncesto y en la actualidad consultor, formador y analista deportivo, dio una extraordinaria conferencia a alumnos de Bachillerato y Ciclos Formativos del colegio Areteia de Madrid.

Que la formación debe ser una obsesión es algo que deberíamos tener grabado a fuego y si de jóvenes estamos hablando, deberíamos verlo como una obligación. Hay que dar formación a los jóvenes y luego exigirles responsabilidades. Si no les damos la opción de “ser” no deberíamos exigirles “ser”.

Pablo habló sobre el deporte, el baloncesto y la vida. Habló sobre lo que el deporte le ha enseñado y sobre la importancia del por qué de las cosas. El deporte puede ser divertido, puede mejorar nuestra forma física, pero también, bien desarrollado, puede ser una herramienta muy potente para el aprendizaje de una serie de valores y herramientas que deben ser claves en nuestra posterior vida y que bien hecha su transferencia, se pueden convertir sustento de nuestro desarrollo profesional y muy útiles en el mundo empresarial.

Pablo Martínez-Arroyo dirigiéndose a los alumnos de Areteia


Pablo dio mucha importancia en la explicación a sus ídolos de juventud, a su familia y a sus profesores, centrándose en este aspecto especialmente en su etapa en Estados Unidos en la Universidad de Palmetto en Florida. La exigencia de sus profesores allí y su compromiso le enseñaron que lo que deseamos muchas veces no es lo que necesitamos y que un profesor serio y comprometido con su trabajo puede dejar huella en la formación de un alumno.

Lo que el baloncesto le enseñó nos lo resumió en cinco lecciones:

1. Debemos tener actitud ante los retos.

2. Que hay que usar bien las herramientas de las que disponemos.

3. Debemos mejorar los resultados.

4. Tenemos que confiar en los expertos.

5. El tiempo es nuestro aliado y lo debemos usar correctamente.

Y como nos recordó Pablo, “El maestro aparece cuando el alumno está preparado”. Y vaya si apareció. Pablo supo captar la atención de los más de 70 alumnos que atentamente le escuchaban. Actividades como estas, además de altamente motivadoras, son profundamente provechosas para la formación de nuestros jóvenes. Solo se necesita un maestro, con experiencia, con algo que contar y con muchas ganas…el clima ya estará creado y los alumnos, después de hora y media, serán un poquito mejores.

La Asociación de Baloncesto Colegial (ABC) estuvo presente

¡Gracias,  amigo Pablo !

(Pablo Martínez jugó 10 años en al ACB, además de participar en la LEGA italiana y en LNB francesa. Formó parte del Estudiantes de aquellos años en los que jugar contra el Real Madrid o el Barcelona era una excusa para alcanzar la gloria).


domingo, 26 de febrero de 2012

La necesidad de formarse

Cuanto más sabemos más nos damos cuenta de lo poco que sabíamos antes. La juventud suele estar reñida con la falta de conocimiento, sin embargo son los jóvenes los que muestran una predisposición más radical a presumir de sus conocimientos. Los años dan experiencia y conocimiento si adoptamos una actitud positiva hacia el aprendizaje, la formación y la escucha.


¡Qué fácil es ver a aquellos que bajo los miedos que esconden su juventud, falta de conocimientos y complejos utilizan la crítica continua como argumento! Me parece especialmente doloroso cuando esta crítica se vierte hacían profesionales del campo sobre el que estemos tratando, con años de formación y experiencia demostrable. Al hablar de esto siempre pienso en el ejemplo del futbol. ¡Todos podemos creernos expertos son el simple argumento de nuestros propios argumentos! ¿Acaso no has oído criticar (o lo has hecho tu mismo) a uno de esos profesionales que llevan muchos años de su vida desarrollando la fácilmente criticable profesión de entrenador de fútbol? Es solo un ejemplo, además seguro que muchos pensarán que les pagan por ello…

Formación continua debería ser una obsesión de toda persona. El mundo va cada vez más rápido. Es más fácil obtener información de manera instantánea, pero también es muy fácil quedarse obsoleto. La adaptación se nos exige de una manera cada vez más rápida, pero la inercia vital en la que es fácil meterse dificulta nuestra capacidad para hacerlo. Quedarse fuera de juego es solo cuestión de no estar atento a los cambios que se producen a nuestro alrededor y tratar de darle respuesta.

La inercia nos lleva a seguir haciendo las mismas cosas y a comportarnos de la misma manera ante los hechos que nos ocurren sin analizar si es o no la mejor forma de actuar. Somos por naturaleza reacios al cambio y reacios a aceptar el error. Mala mezcla. Los hábitos se pueden convertir en una atadura de la que nos es imposible salir. Por eso que es bueno tener buenos hábitos…

Escuchando más que hablando, teniendo deseo de aprender, acercándonos a los mejores y no teniendo miedo a reconocer que no sabemos, ponemos las bases para hoy ser mejores que lo que éramos ayer.

Es curioso lo que nos cuesta reconocer nuestra falta de conocimiento, lo mismo que nos cuesta aceptar el error. La humildad nos ayuda a crecer y nos acerca a los que nos rodean. La soberbia nos aleja. A la gente le gusta más hablar que escuchar. Dándoles lo que les gusta les damos respeto a la vez que obtenemos la oportunidad de aprender, pues generalmente se aprende más escuchando que hablando.

Pero mucho ojo con esa “vanidad adulta” que nace con la edad. Ese error que une a los años la soberbia y nos hacer rechazar aprender de otros (como cuando éramos jóvenes), especialmente si son jóvenes. La madurez puede llevar unida el análisis y aceptación de las carencias, pero también puede llevar unida el retroceso a la actitud juvenil del saberlo todo, ahora con el argumento de los años. Por mucho que sepamos, no podemos ser expertos en todo. Alguien más joven que nosotros, y más hoy en día, puede saber mucho más de algo en lo que se ha formado. Cuanto mayores somos, más son lo que son más jóvenes que nosotros. No podemos tampoco caer en el error de solo querer aprender de aquellos que son mayores que nosotros. La juventud tiene fuerza. Si une la fuerza al deseo de hacer cosas y de aprender, puede ser un buen aliado al que unirnos. Para ello deben ganarse nuestro respeto y eso no lo harán criticando y comportándose como si lo supieran todo…

jueves, 23 de febrero de 2012

La credibilidad


Republico el primer post que publiqué en mi blog original:


Si tuviera que utilizar una palabra para decir lo que debe cuidar un negocio que persigue tener éxito, sin lugar a dudas esa palabra sería "Credibilidad".
En general, las personas sabemos lo que tenemos que decir en distintas situaciones. En las empresas, a través de sus responsables, también.
Después de decir lo que creemos que nuestros interlocutores desean oír, llega lo más complicado. Nuestro oyente pensará "Ahora veremos si es capaz de llevarlo a la práctica" y si queremos ser creíbles, generar confianza y asentar un futuro "amable" debemos tomarnos como algo muy personal el intentar que nuestras palabras vayan secundadas de hechos en la línea de lo expuesto.
Hablar es gratis...parece. Nuestras palabras deberán suponer un "contrato de compromiso". Compromiso con lo prometido, con lo expuesto.
Liga tus palabras con tus actuaciones y tu negocio de la vida será exitoso.
Ahora, ya sabes, cada vez que digas "Mañana te llamo", llama; "No te preocupes, que lo hago el fin de semana", hazlo; "Te lo traigo luego", tráelo...

jueves, 16 de febrero de 2012

El Marketing de la lógica


Hacer buen marketing no debe estar reñido con un coste bajo. Pero es cierto que determinadas acciones nos exigirán un esfuerzo económico que no debe ser negociado. Ofrecer calidad y dar respuesta debe ser siempre nuestra máxima. Pero no hay que unir necesariamente esto a una gran inversión. El ingenio y nuestro saber hacer debe ser nuestra mejor arma. Ver aquello que otros no ven o verlo antes.

Las acciones deben tener miras largoplacistas, que justificarán inversiones  a lo mejor a primera vista injustificables. Para hacer bien las cosas deberemos muchas veces ir más allá de lo obvio.

Debemos evitar acciones que supongan un despilfarro sin fruto compensatorio posterior claro y que nos lastren la posibilidad de invertir en lo necesario. Muchas empresas están cayendo en la actualidad al son que marca unos costes innecesarios y absurdos que han actuado como lastre de su posible crecimiento.
Aspirar a crecer y ser grande requiere de inversiones, pero estas deben ser meditadas y con lógica. Creo que en temas de marketing se están haciendo verdaderas locuras sin sentido indefendibles ante el tribunal de la lógica.

Otro error también bastante frecuente es agredir al consumidor y luego esperar algo de él. Hay acciones sencillas y poco costosas aparentemente que invitan a ser llevadas a cabo, pero que menoscaban nuestra imagen y condicionan el futuro. Persuadir es convencer para vencer. Invadir es atacar para obligar a salir huyendo. No espantemos a nuestros clientes por falta de ingenio. Atraerles puede resultar sencillo y es un reto. Repescarles suele ser complejo y en ocasiones supone una victoria pírrica.

viernes, 6 de enero de 2012

Sobre éxitos y fracasos

"Los fracasos forman parte de la vida y el secreto del éxito reside en fracasar productivamente"

"La capacidad de adaptación exige sea sensación de seguridad, nacida de la confianza interior en que podemos sobrellevar el coste del fracaso. A veces eso exige auténtico valor. Otras, la bendita inocencia de una niña perdida de tres años. En cualquier caso, tenemos que estar dispuestos a asumir riesgos. De lo contrario, nunca triunfaremos de verdad".

Del libro, Adáptate, del economista Tim Harford.