viernes, 25 de diciembre de 2009

Proponerse retos. Buscar la excelencia

MI AMIGO PABLO

Tengo un amigo que se llama Pablo. Un día decidió competir. Decidió luchar, decidió intentar ser mejor que los mejores. Jugaba en un equipo, con Mike y Danko. Apostó con ellos, soñó.

Decidieron ver quién era capaz de meter más triples seguidos a lo largo de la temporada (claro, jugaban al baloncesto, pero esto es lo de menos…). ¡Qué ambicioso mi amigo Pablo! Con lo buenos que eran Mike y Danko…

“Ganó Danko, creo que metió 44. Y Mike 41. Yo me quedé en treinta y pico”. Yo estoy seguro de que se acuerda de cuentos metió…pero creo que se avergüenza de decirme el número, le parecen pocos…y a mi me parecen un montón ¡Treinta y pico no los mete un cualquiera, solo un grande!

Claro que mi amigo Pablo no luchaba contra Mike ni contra Danko…en verdad mi amigo Pablo luchaba contra Pablo, contra si mismo, contra su capacidad de mejora. Luchaba por ser cada día un poquito mejor, porque cuando mejoras un poco cada día, todos los días, al final siempre serás mucho mejor que al principio, con independencia de que los haya mejores, como Mike y Danko lo eran. Porque lo eran. Pero cuando aspiras a llegar a lo más alto, al final marcas una tendencia, que, con independencia de los logros concretos, te lleva por la senda de la excelencia.

Porque es sin duda lo que él buscaba, “la excelencia”. Bonita palabra, muy usada, de moda en el mundo empresarial y que genera atracción. Buscar la excelencia es soñar con un futuro mejor, pensar en grande, recorrer el camino con ambición, sin miedo, sin temor a no alcanzar la meta que persigues, pues lo que deseas es disfrutar de ese camino que te has preocupado que sea especial y de, al recorrerlo, ir acompañado de los mejores y poder crecer con ellos, como hacía mi amigo Pablo.

La excelencia no es algo de un día. Es algo del día a día, que se consigue con buena compañía, tratando de rodearse de auténticos profesionales del compromiso, no teniendo miedo a la competencia, sino creciendo con ella, utilizándola como fuente de inspiración para la mejora. No hay que tener miedo a que alguien ocupe tu puesto, hay que disfrutar de estar con gente que mejore tus capacitaciones y aspirar a aprender de ellos y utilizarlos como motores para generar esa autoexigencia necesaria para la mejora continua.


"No intento bailar mejor que nadie. Sólo trato de bailar mejor que yo mismo". MIKHAIL BARYSHNIKOV. Frase extraída de www.jgbasket.com

martes, 1 de diciembre de 2009

La responsabilidad de asumir la responsabilidad

En el mundo de la empresa no siempre aparecen adecuadamente acotadas las responsabilidades de cada uno. Ante esto es fácil (viene reflejado en la naturaleza humana) querer apuntarse la autoría en “las victorias” y eludir la misma en “las derrotas”. Cuando no está definida la cuota de responsabilidad de cada uno, el que esta crezca o disminuya depende de la personalidad de cada uno y de cómo estamos de preparados para asumir el resultado.

Asumir responsabilidad ante el mal resultado puede ser interpretado como una muestra de debilidad, pero también de compromiso, fiabilidad y honradez. Si cuando las cosas marchan mal no me escondo, muestro valentía y credibilidad. Demuestro tener en mi mano la capacidad para reorientar las cosas, para salir adelante. Demuestro tener capacidad para asumir liderazgo.

Si me hago responsable del resultado, asumo mi capacidad para el cambio. Esto me da la tranquilidad de saber que tengo en mis manos una poderosa fuerza de cambio.

No busquemos excusas, demos soluciones. No busquemos culpable, asumamos la mayor cuota de responsabilidad que honradamente creamos que podemos y debemos asumir. No miremos hacia fuera, mirémonos a nosotros mismos a un espejo, el de la autocrítica, que va unida al crecimiento personal.

Creceremos y nuestra empresa crecerá con nosotros. Seremos líderes, aunque no seamos jefes. Seremos maestros, aunque no seamos profesores.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Capital Humano. La formación

El Capital Humano es "la valía de una persona como trabajador", es decir, lo que vale a la hora de acercarse al mercado laboral. Depende de su formación, experiencia y educación, además de el talento. Es algo que debe y puede mejorarse.

Es obligado para el trabajador incrementar su valía, pero también para el empresario facilitar la mejora continua de sus trabajadores, logrando de este modo que lo que ya tiene, cada día valga más. Claro que si ese trabajador más formado abandona la empresa se lleva consigo su valía.

El empresario no deberá tener miedo a esto, simplemente deberá dotar a su empresa de los medios para facilitar el que el trabajador tenga "sueños de futuro" en la empresa, por que, cuando alguien está motivado por su trabajo, siente que le valoran y recibe una remuneración acorde con su valía, no creo que esté dispuesto a perder lo que tiene. Y, su empresa, ¿está dispuesta?


Si te gusta el deporte o la empresa y si quieres aumentar tu capital humano, estás invitado a participar en la próxima edición de "Los debates de San Agustín", con Pepu Hernández. Será el viernes 13 de noviembre a las 21:00 en la Cafetería El Azul (c/Padre Damián, 21). Debido a lo limitado del aforo y a la expectación generada, para acudir es imprescindible solicitarlo mandando un correo a sanagustinmadridbaloncesto@yahoo.es.


Escuchando a los mejores (¡Pepu y Jota los son!) serás mejor, incrementará tu capital humano, tu empresa, tu equipo, no que querrá perder...

domingo, 8 de noviembre de 2009

Hacer valer lo que se paga

A nadie le resulta extraño pagar por algo lo que vale, aunque esto no es algo que siempre ocurre. Pagar a un trabajador en base a su nivel de productividad, de tal forma que se le de un sueldo acorde con su rendimiento, es algo instaurado en nuestros pensamientos.

Marx hablaba de cómo la explotación de la burguesía sobre el proletariado se basaba precisamente en la divergencia entre lo que se le daba al trabajador y el valor de lo que este producía. A esta diferencia la llamaba plusvalía.

Bueno, pues aunque puede parecer extraño, hay una teoría que se basa en la divergencia opuesta: que sea el trabajador el que reciba un precio superior a su trabajo. Es la “teoría de los salarios de eficiencia”.

Como el trabajador puede pretender igualar lo que se le da con lo que da, ¿por qué no intentar igualar al alza en vez de igualar a la baja? Es decir, le damos más de lo que vale en espera de que el trabajador algún día nos de algo del mismo valor que lo que le entregamos.

Además, es más fácil así conseguir que el trabajador valore lo que tiene y luche por no perderlo. Con todo esto tal vez consigamos sacar lo mejor de nuestros trabajadores.

Señores empresarios, huyan de la tacañería, que tal vez y por imitación, los trabajadores también lo hagan.

domingo, 25 de octubre de 2009

Motivar al trabajador

Recientemente mi amigo Raúl Castro hacía referencia en su blog a Herzberg y a su “factor higiénico”. Su comentario ha sido lo suficientemente “motivador” para hacer este artículo.

Tener motivado a los trabajadores es un factor clave para conseguir la excelencia en el desempeño de la actividad empresarial.

A la hora de motivar es imprescindible romper con la idea de que lo que quiere una persona es lo que quieren las demás. Cada persona tiene sus propios objetivos y el encargado de dirigir la empresa debe aunar esos objetivos para, al ser buscados, dar respuesta a los objetivos empresariales. Podemos recurrir a la “mano invisible” de Adam Smith y ver como intereses individuales son guiados por una mano, en este caso no tan invisible, en pos de la consecución de un objetivo común.

El comentado Herzberg hace referencia a la existencia de dos tipos de factores:

- Los factores higiénicos. Su ausencia desmotiva, su presencia no aporta un salto de calidad. Podríamos definirlos como aquellos elementos cuya presencia no suma pero cuya inexistencia resta “un montón”. El sueldo tal vez sea el mejor ejemplo que podemos poner.

- Factores motivadores. Su presencia ayuda a motivar al trabajador. Si están presentes todo funcionará mejor. Son la verdadera herrmienta a usar para "el salto de calidad". El sentir que se valora tu trabajo es uno de ellos.

Soy firme seguidor de la opinión de que se consigue más dando una palmadita en la espalda que un grito. Pero el “tacto” es en muchos una asignatura pendiente para los directivos. No nos suele gustar que nos digan lo mal que lo hacemos y sin embargo con frecuencia nuestros jefes parecen disfrutar centrándose en nuestras carencias. Parece que es de “blandos” el premiar por el trabajo bien hecho.

Cazar a los trabajadores haciendo algo bien hecho para premiarlo y con ello reforzarlo debería ser una asignatura aprendida. El abusar del refuerzo positivo no creo que sea un error en la mayoría de los casos. Peor es abusar de su carencia.

Si de motivación hablamos no me queda más remedio que hacer referencia a Abraham Maslow y su conocida pirámide de las necesidades. Es cierto que todas las personas no respondemos de la misma manera ante los estímulos recibidos, pero también es cierto que en muchos aspectos las personas parecemos cortadas por el mismo patrón. En estos tiempos de crisis se suele hablar de la vuelta a los valores básicos y clásicos.

No estaría mal que aprovecháramos la coyuntura para enseñar a nuestros jóvenes el valor que tiene el cubrir las necesidades básicas o fisiológicas. Es cierto que en una sociedad como la nuestra, desarrollada y que no parece acordarse de las penurias que vivieron nuestros abuelos, resulta imposible pretender motivar cubriendo el escalón más bajo de la pirámide, pero no estaría de más el contribuir a que se valore lo que se tiene, pues como dice un buen amigo “al final siempre queremos lo que no tenemos” y es possile que lo que tenermos lo perdamos, así que, ¿por qué no nos adelantamos y lo valoramos?

Pero si se quiere motivar consistentemente, debemos mirar hacia arriba de la pirámide y dotar a los trabajadores de seguridad, dar afecto y reconocimiento, además de ayudarlos a alcanzar sus metas más altas.

Motivar no es algo de un día, sino algo del día a día.

Y por favor, señores directivos, cuando la gente a su cargo trabaja bien, no se empeñen en dar su sello a lo que está bien hecho, simplemente disfruten del trabajo bien hecho y aplaudan, aplaudan mucho, que nunca viene mal…

domingo, 27 de septiembre de 2009

Raúl Castro: "De la cancha al despacho, una misma mentalidad"

LOS DEBATES DE SAN AGUSTÍN

Algunas de las cosas que se dijeron el pasado 25 de septiembre en el extraordinario debate “De la cancha al despacho, una misma mentalidad” organizado por el club San Agustín, fueron las siguientes:

RAÚL CASTRO
Muchas de los aspectos de la cancha se pueden llevar al mundo de la empresa. En el mundo del baloncesto hay cosas pequeñas que tal vez los entrenadores no le san el suficiente valor, pero que son muy importantes. Hay valores que el baloncesto enseña por los que se paga mucho en el mundo de la empresa.

Hoy, el liderazgo depende de las personas que tienes a tu cargo y de su valor, En vez “¿cuántas personas dependen de ti?”, “¿de cuántas personas dependes?”. Y si quieres un resultado extraordinario, debes conseguir tener autoridad sobre ellas. Para ello: respetando, escuchando, siendo psicoterapeuta más que jefe, dejando un espacio para que la gente haga cosas, delegando, etc.

Cree que a los trabajadores no hay que decirles el qué y el cómo. Hay que decirles el qué y que el cómo lo pongan ellos.

La gente tiene que tener derecho a equivocarse, pues solo así se aprende.

Al entrenador (jefe) no se le deben discutir las cosas.

Hoy la lealtad hace aguas por todos los lados.

Cuando te ganas el derecho a ser respetado es para siempre.

Cualquier cosa, por mala que parezca, siempre tiene aspectos positivos. Una puerta se cierra muchas veces para que otra se abra. Esto lo menciona en relación al “unir puntos a posteriori” de Steve Jobs.

Cuando tu das poder a tus jugadores (trabajadores) es habitual que ellos generen un compromiso contigo por no decepcionarte. En relación a esto sale el caso de Josep Guardiola.

La mejor manera de liderar es con el ejemplo, siendo el primero. Y necesario el ser respetado por lo que haces, no por lo que eres.

La gente tiene que saber que si hay un, plan el plan se debe cumplir.

El reto de un entrenador debe ser seguir inculcando los muchos valores que este deporte tiene. Al final, lo que le queda a un entrenador es que sus jugadores se vayan siendo mejores personas que cuando se pusieron en sus manos y que le recuerden.

Un importante aspecto del baloncesto es que implica gestionar en corto (a corto plazo), pero para ello no a cualquier precio (sin condicionar el futuro).

La sociedad vive atenazada por el miedo a perder y lo que hay que hacer es “pasar de miedo a perder a perder el miedo”. Pero una cosa es ser valiente y otra kamikace.

ALBERTO LÓPEZ RIBÉ
Los entrenadores son los líderes, mejores o peores, pero los líderes. Y su gente es su mayor activo. Un líder debe saber asumir los errores de su gente y hacerlos propios. Hoy en día es habitual ver como a la gente joven le falta el marco de referencia, la familia, y eso dificulta todo.

A la hora de la verdad, “no hay que preocuparse, hay que ocuparse” con las cosas que nos ocurren.

TOÑÍN LLORENTE GENTO
En un departamento de una empresa pasa lo mismo que en un equipo de baloncesto en muchos aspectos.

El que una empresa se rompa está directamente relacionado con el número de personas que no se sienten importantes, y esto mismo ocurre en un equipo.

Un entrenador (un jefe) debe de hacer cosas para que sus jugadores (empleados) se sientan importantes.


LUIS MORENO
Nos cuesta aceptar órdenes de nuestros responsables.

En cualquier aspecto, es necesario que la competición a la que te enfrentas sea exigente con el grupo.

Hay cierto paralelismo entre lo que le ha pasado a nuestra selección de baloncesto y lo que le pasa a una empresa familiar en la que llega alguien a cambiarla.

RICARDO HERNÁNDEZ LIRAS
A veces nos creemos que tenemos derecho a opinar de cualquier cosa, cuando a lo mejor no estamos capacitados.

FERNANDO REBORIO DELGADO
El liderazgo es un tema de mentalidad. Como líder serás más cuanto mejor sea tu equipo. Por eso hay que desarrollar al equipo.

Hay valores que los que viene del mundo del baloncesto deberían por al servicio de la empresa. El baloncesto enseña a afrontar retos que otros nunca van a afrontar y a estar preparado para dar una respuesta adecuada.

En el baloncesto y en la empresa lo importante es el equipo.

Los paradigmas están para romperlos, no para seguirlos.

Hoy en día hay mucho conformismo disfrazado de rebeldía. La gente cuestiona todo por que sí…

martes, 22 de septiembre de 2009

Deporte y Empresa.

LOS DEBATES DE SAN AGUSTÍN

El deporte y la empresa son dos mundos que están unidos por muchos aspectos. El liderazgo, ela gestión del éxito y del fracaso, la dirección de grupo o la gestión del tiempo son asuntos muy presentes en ambos.


Raúl Castro ha sabido relacionar el baloncesto con la empresa en su magnífico líbro "Tiempo para decidir". Si le quieres conocer y escuchar, tienes la oportunidad el próximo viernes 25 de septiembre, en el debate organizado por el Club San Agustín. Será a las 21:00 en la cafetería El Azul (c/Padre Damián, 21). El título del debate será: "De la cancha al despacho. Una misma mentalidad".


En la organización del mismo también colabora la Asociación de Baloncesto Colegial (http://www.baloncestocolegial.com/) y la AMEBAL (http://www.amebal.es/).


Debido a lo limitado del aforo, debes confirmar tu asistencia escribiendo a sanagustinmadridbaloncesto@yahoo.es


Te esperamos.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Liderazgo

CUANDO EL JEFE NO ES LÍDER...QUE NO FALTE NUNCA EL RESPETO

El “jefe” no necesariamente tiene que se “líder”, pero si debe ser respetado y seguido. Cuando eso no ocurre se ponen los cimientos para asegurar el fracaso.

Mejor equivocarnos apoyándole que ir por un camino distinto al que él marca. En el mundo de deporte se ve claro con la figura del entrenador. En la empresa debe se igual. Un entrenador debe intentar hacer creer a los jugadores que son mejores todavía de lo que son, porque así lo acabarán siendo. Si además consigue que crean en él, ya hay mucho camino ganado.

En la empresa, con los trabajadores, debemos intentar lo mismo. El empresario debería aspirar a ser Pepu y pensar que cuenta con Gasol, Navarro, Rudy y Carlos Jiménez (por supuesto) en su plantilla. Seguro que todo sería más fácil. Trata a los trabajadores como quieres que sean y ellos a lo mejor te sorprenderán siendo quién tu querías que fueran.

Consigue su respeto y encamínate a superar juntos cualquier problema. Si no, pronto aparecerán las guerras internas y, como dijo el gran entrenador Pat Riley: “Una casa dividida y enfrentada a sí misma no puede aguantar. O estáis conmigo o estáis contra mí”.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Liderazgo

DOS LÍDERES Y UN EQUIPO: “EL GRAN CAPITÁN” Y “EL MAESTRO”

No es imprescindible tener un gran capitán y un buen maestro, pero sí importante. No es imprescindible, porque casi nadie lo tiene y salen a delante. Es importante, porque cuando los tienes ocurren grandes cosas.

Carlos Jiménez, “el Gran Capitán” decidió retirarse poco después de que a “el Maestro” Pepu Hernández le retiraran antes de tiempo. Sustituir a los mejores es difícil, casi imposible. Pero llegó un Aito tácticamente envidiable, que no deja nada a la improvisación, y con más horas de vuelo que nadie. El equipo ya no era el mismo…pero tenía a Jiménez. Nada había cambiado irremediablemente: un gran capitán, el mismo, y otro buen maestro. Dos líderes. Alguno de los mimbres del equipo se tornó más ingobernable. Nuevo maestro, nuevas exigencias y, para alguno, difícil adaptación.

Ha pasado poco tiempo, pero el equipo ya no es el mismo, es muy distinto. Scariolo es bueno, muy bueno…pero no es Pepu ni es Aito. Claver es bueno, será muy bueno, pero no puede ser sustituto de Jiménez, ni por juego, ni por carisma, ni por peso específico.

Esta selección, desde la llegada de Pepu, ha escrito las páginas más bellas del baloncesto español. Pepu dio confianza, marcó una senda, puso una ambiciosa misión en el camino. Creyó el primero en un gran conjunto de individualidades e hizo creer que todo era posible. Apostó por ellos. Había mimbres en quien creer, pero había que creer. Se comportó como un auténtico líder. Desde ahí todo fue más fácil.

Esta selección, con Carlos Jiménez rodeado de estrellas, encontró en la figura de su capital a un verdadero líder con vocación de servicio. Siempre fue el primero en trabajar, en luchar y en soñar.

El futuro demanda sustituir a dos personas difíciles de sustituir.”Nadie es insustituible” dicen muchos. Ya, es cierto, pero tampoco “nada volverá a ser como antes”.



En el siguiente enlace podéis ver videos que complementan el artículo: http://baloncesto.jgbasket.com/dos-lideres-equipo-el-gran-capitan-el-gran-maestro-carlos-jimenez-pepu-hernandez

martes, 8 de septiembre de 2009

Lealtad a la empresa

No se si recurrir al viejo tópico de que “hoy en día” la lealtad está en entre dicho. Lo que si es cierto es que con frecuencia podemos ver acciones que distan mucho de ser recomendables para el buen funcionamiento de la empresa que nos da de comer. Por que es así, yo podré estar más o menos contento con el trabajo que tengo, con lo jefes que me dirigen, con los compañeros que me han tocado en suerte…pero a la hora de la verdad, nadie me exige que siga en el trabajo y si así lo hago, lo cierto es que a final de mes tengo una retribución por mi desempeño.

¿Qué no me voy por miedo? Hace años un viejo maestro me dijo algo así como que “la esperanza es el único antídoto contra el miedo”. Aunque también hablaba de que “tener miedo supone una enseñanza de valor incalculable, porque cuando has estado tan asustado eres más consiente de tu fragilidad que la mayoría de la gente, y creo que eso cambia a la persona.”

Si no te gusta lo que ves, lo que tienes y debido a ello te falta motivación y tu desempeño no es el adecuado, lo honrado es luchar contra el miedo al cambio y perseguir el sueño de un trabajo que te de satisfacción. Con valentía, huyendo de la falsa seguridad de un sueldo a fin de mes.
Si decides seguir adelante, lo “leal es ser leal” a la empresa que te da de comer. Ser leal va mucho más allá de ser fiel durante el tiempo de permanencia en la empresa. Saberse ir de la misma, haciendo bien tus deberes, tratando de dejar huella y no tierra quemada, es también importante, fundamental, aunque mucha gente no parece darse cuenta.

Es fácil recurrir al mundo del fútbol (del deporte en general, pero es del fútbol del que nos hablan los medios de comunicación…) para hablar de aspectos del mundo de la empresa que ven en él su reflejo de manera clara. Así, este verano, hemos visto como jugadores (trabajadores) del Real Madrid (una gran empresa) mantenían disputas publicitadas a bombo y platillo en los medios de comunicación sobre su salida o no del club. Al final, algunos se ha ido, otros no, pero todos, club y deportistas, pierden en este tipo de escenarios. El próximo equipo (empresa) al que vaya ese futbolista que ha salido de un equipo por la puerta de atrás y haciendo manifestaciones airadas no debería pensar que a él no le pasará eso. ¿Por qué no ha de volver a pasar?
Los que se han quedado han manchado en cierto modo su imagen y tal vez perdido valor como deportistas y personas. ¿Cómo reaccionará la afición? ¿Cómo actuará el club? ¿Cuál será la respuesta del deportista?

Es solo un ejemplo, del que se podría hablar mucho más, usado para tratar de explicar que todos salen perdiendo cuando la batalla estalla, cuando no sabemos despedirnos, cuando no sabemos se fieles hasta el final. Un viejo proverbio africano dice que “Cuando dos elefantes se pelean, es la hierba la que sufre”. Dar nuestra verdadera medida como personas implica no solo ver lo que se hace cuando estamos, sino también cuando nos vamos.

En las despedidas hay que ser elegante, hay que marcar tendencia. Y si sigues, defiende “tu camiseta”, que nadie tenga dudas de cuál es tu equipo. Claro, que todo parece más fácil cuando está Guardiola de por medio…

martes, 1 de septiembre de 2009

Economía para no economistas

DIFERENCIA ENTRE PRÉSTAMO Y CRÉDITO. PRÉSTAMOS HIPOTECARIOS Y PRÉSTAMOS SUBPRIME

Es habitual usar los términos “préstamo” y “crédito” de manera indistinta. Sin embargo es un error, pues representan productos financieros distintos.

Un préstamo es la herramienta usada por una entidad financiera para dejar una suma de dinero a un cliente, con el compromiso por parte de éste de devolver dicho dinero en una fecha futura pactada, debiendo además dar a la entidad financiera unos intereses. Esos intereses son el precio que debemos pagar por que nos presten el dinero. Igual que si me “prestan” una casa debo pagar un alquiler, porque me presten el dinero deberé dar algo a cambio. Los intereses se pagarán por el importe total prestado, con independencia del uso dado por el receptor del dinero a dicho dinero (lo gaste o no).

En un crédito, lo que hace la entidad financiera es dejar un dinero a disposición de su cliente (llamado dinero disponible), generalmente en una cuenta (cuenta de crédito), pudiendo éste disponer de la cantidad que necesite (dinero dispuesto) y dejando en la cuenta lo que no necesite. El cliente sólo pagará intereses por el dinero usado del que dejaron a su disposición y no por el total disponible. Eso sí, la entidad financiera cobrará una comisión por darnos este servicio.

Mientras que los intereses hemos dicho que se pagan como contraprestación a un dinero que nos dejan, las comisiones son un dinero que se paga a cambio de un servicio que se nos da. Es como si tú le pidieras a alguien que, por ejemplo, te trajera el periódico y le dijeras por ese servicio un dinero (además, claro, de darle el dinero que cuesta). Ese dinero sería la comisión por el servicio prestado (traerte el periódico en este caso).

Un préstamo hipotecario es un tipo de préstamo que consiste en una entrega de dinero por parte de una entidad financiera a alguien, que garantizará la devolución del mismo mediante un bien inmueble (por ejemplo, una casa, un local o una finca). Esto implica que si la persona que recibe el dinero cuando lo tiene que devolver no puede, usaremos el bien inmueble como medio para asegurar la devolución de la deuda, el cual podrá ser embargado y vendido para recuperar el importe pendiente de devolver.

Y claro, resulta obligado hablar de los préstamos subprime. Son en su mayoría préstamos hipotecarios concedidos en Estados Unidos a personas que presentas mucho riesgo de no poder devolverlos (con ingresos escasos, parados, con contratos precarios…). Con lo que podríamos decir que son préstamos de “mala calidad”. Lo que han hecho los bancos estadounidenses es “deshacer de ellos”, escondiéndolos junto con otros productos financieros en paquetes de atractivo nombre, que han sido comprados por desinformados inversores de todo el mundo, inconscientes del problema que estaban adquiriendo. ¡La globalización implica muchas cosas…algunas buenas y otras…!

jueves, 6 de agosto de 2009

Gestión de grupos

SACAR LO MEJOR DE TU EQUIPO

En un cada vez más complicado y competitivo “mundo globalizado”, disponer de todos los conocimientos necesarios para el desarrollo de una determinada actividad resulta cada vez más difícil. Es por eso por lo que hay que saberse rodear de profesionales que puedan dar respuesta a las distintas tareas. Pero no basta con ello. Yo puedo fichar a los mejores y sacar provecho de ello, consiguiendo que den todo lo que llevan dentro y alcanzando la eficiencia desde el punto de vista técnico o puedo desaprovecharles, cayendo en el cada vez más arriesgado mundo de la ineficiencia.



Hay que dar responsabilidades y acompañarlas de los medios adecuados y asesoramiento para conseguirlas. Confiar que un empleado será capaz de desempeñar una determinada labor es poner la primera piedra para que lo consiga.

Si yo creo en ti y te lo demuestro, no debería haber nada que impida que tú creas en ti…siempre y cuando yo sea una persona con ascendencia sobre ti, con autoridad. La autoridad se gana, no se impone. Se gana en el día a día, con el ejemplo, siendo el primero, estando siempre presente y estando siempre dispuesto.

Motivación y auto confianza son dos palabras clave, dos palabras que todo dirigente de un grupo debe grabarse “a fuego” y plantearse como objetivo dotar de las mismas a los miembros de su grupo.

Una persona con algo por lo que luchar, con un motivo, es una persona que ve siempre un faro a lo lejos, incluso en las noches de más niebla. Cuando se tiene algo por lo que luchar, se tiene algo por lo que vivir. Ese algo da sentido, justifica.

Cuando esa persona cree en ella, despojada previamente de los egos y las vanidades, la fuerza de sus acciones será más difícil de parar.

Consigue que los miembros de tu equipo crean en ti y en ellos, tengan algo por lo que luchar…y ya solo te faltará creer tú en ellos para tener una mezcla explosiva, definitiva…¡la mezcla del éxito!

La frase

"Sólo un necio confunde valor con precio".

Esta frase de Antonio Machado sirve casi de arranque para el último libro del economista Fernando Trías de Bes, El hombre que cambió su casa por un tulipán, magnífica obra en la que analiza la actual crisis, busca en el pasado y da pautas para no volver a caer en el futuro.

La confusión entre valor y precio es frecuente. Aprender a diferenciar puede ayudarte a evitar muchos disgustos...

Motivación

DE PASIONES Y MOTIVACIONES

“La pasión es algo contagioso”. Hace años que oí esta frase.
La incluyes entre tu listado de frases casi por obligación, pues suena bien. El tiempo la da la razón y en tu bagaje pronto observas como cada vez que te apasionas por algo ocurren grandes cosas a tu alrededor, aunque con frecuencia estás demasiado ocupado para darte cuenta.

Un amigo comentaba hoy (el otro día) como se enfrenta en su trabajo a gente que con 50 años considera que ya ha trabajado demasiado y que por eso actúa como un funcionario (que le perdonen los aludidos, pues su comentario no parecía vislumbrar que este comportamiento fuera visto como algo positivo) en espera de ser despedido e indemnizado. Otro amigo contestaba, casi ofendido, que tal vez en su empresa no le había sabido motivar. Tal vez no le faltaba razón…o sí.


El caso es que casi siempre buscamos en el exterior algo que nos de la fuerza interna que creemos nos falta, como si nosotros no pudiéramos ser dueños de nuestro propio destino, como si el trébol de la buena suerte fuera a ir a nacer en aquel lugar “de no se donde”. ¿Habéis oído hablar de ser proactivo? Seguro que sí, está de moda.

Bueno, es cierto que un empujón no le viene nada mal a uno. De hecho he descubierto que me gusta mucho (y me motiva) que me recuerden con frecuencia lo bueno que soy…¡ya está bien de tener cuidado de no abusar de los refuerzos positivos, “no vaya a ser que te relajes”!

El tener 17 años no tiene que estar reñido con el sentido común y el decir cosas con criterio. Recientemente alguien de esa edad me “recomendaba” tener más tacto con otra persona y decirla lo bueno, mostrarla que estoy ahí y estar dispuesto a motivarla. Bueno, puedo reconocer o no que estaba en lo cierto…pero lo estaba.

Cuantas veces hemos soñado con algo que la falta de un motor movilizador ha dejado en nada. Ese motor puede venir de fuera, pero si no es así, no deberíamos dudar en buscarlo dentro. Si conseguimos combinar una fuerza interna con un impulso externo, seguro que nadie nos podrá poner límites. Y a soñar.

Como mi amigo Antonio, parafraseando a otro gran Antonio me recordó el otro día, entre muses, pacharanes y Escocias – Inglateras, “Toda la vida es ahora” y no creo que merezca la pena dejarla escapar por no haber sido capaces de apasionarnos…
Un amigo del nombrado le contestaba, “El rugby es pasión”…y el fútbol y viajar y mi empresa y…¡todo aquello por lo que te quieras apasionar!

Apasiónate por algo y observa (y disfruta) lo que pasa a tu alrededor. Y si no lo consigues y de trabajo hablamos, dile a tu jefe que pruebe a ayudarte en tu objetivo. Convéncele que le resultará rentable (ya sabes, si no, no interesa).

Liderazgo

“El liderazgo consiste en comunicar los méritos y las posibilidades de los demás de manera tan clara que se sientan inspirados para percibirlos por sí mismos” Stephen R. Covey.

El Stephen R. Covey es un gurú del managment, autor del best seller "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva". También ha escrito "El octavo habito" y "El lider interior".

Liderazgo

LIDERAZGO. ANÁLISIS PRÁCTICO

Si pienso en una persona que atesore la mayoría de las principales característica que definen a un líder, viene a mi cabeza una persona de nombre complicada y mirada amable, cuya muerte un 2 de abril de 2005 hizo llorar al mundo, independientemente de sus tendencias religiosas. Pasó a la historio como Juan Pablo II.

Pera también recuerdo a otro que fue origen de uno de los mayores desastres y disparates de la historia, la segunda gran guerra, y que poseía algunas, por desgracia no todas, de estas principales características de un líder.

Para ser un autentico líder no basta con ser seguido. La historia lo demuestra. ¿Líderes o simples ídolos? Un líder despierta inquietud, promueve a la acción y persuade, sin necesitarlo, a la hora de actuar. Pero también es alguien que colabora, casi sin querer, en ayudar a que las personas saquen el autentico potencial que llevan dentro. Tener autoridad y generar ejemplo acompañan en el camino por el liderazgo.

Deportistas, políticos, músicos…cuantos de ellos provocan admiración, respeto y seguimiento. Y cuántos de ellos ponen en entredicho su calidad de buen modelo con sus actos. Cuantos de ellos se convierten en ocasiones en merecedores de lástima, en vez de admiración. No es lo mismo ser líder que ser ídolo…

Pensemos en los “líderes” de grandes grupos musicales seguidos por las masas y que han acabado de una forma dramática con sus días o han estado apunto. Michael Hutchence, vocalista de INXS y que se suicidó en 1997 cuando su grupo estaba viviendo las mieles del éxito. Lo mismo pasó con Kurt Cobain, cantante de Nirvana aparecido muerto de un disparo en 1994. O Dave Gahan, alma de Depeche Mode, que flirteó con la muerte y la sintió durante unos minutos, tras una sobredosis de éxito en 1995. Seguro que responden a muchas de las características de un autentico líder, pero en otras fallan estrepitosamente. Pasar de líderes a mitos con su muerte es casi automático. Pero no es lo que yo espero de ese “líder de verdad”. Pensemos en el caso de Dave Gahan. Con su grupo sacó finales de los ochenta un trabajo al que tituló “Music for the Masses”. Realmente pretencioso el nombre. No contento con ello, en pleno siglo XXI saca otro con el título de “Sounds of the Universe”, que suena casi arrogante. ¿Afán de liderazgo o llamada de atención?



En el deporte los ejemplos también son muchos. Innumerable futbolistas caídos en desgracia (y en la ruina) tras estar en la cumbre, ciclistas fallecidos en circunstancias extrañas tras haberlo sido todo en este deporte (Marco Pantano, Chava Jiménez), etc.

Queremos ser como ellos, pero a lo mejor ellos también querrían haber sido como nosotros. Los sabemos ídolos y los creemos líderes, pero seguramente un análisis minucioso no sustentara tal teoría.

Ser líder es difícil, pero seguramente todos podemos serlo en nuestro pequeño mundo, sin necesidad de ser ese “macro líder” que solo unos pocos llevan dentro. Solo basta con sacar los mejor de uno mismo y ser capaz de llegar donde otros no pueden pero yo debo, de hacer aquello que sueño y que tal vez puedo, de ser un apoyo y mirar más allá de mi mismo, de ser una luz que guíe, casi sin desearlo, a los que te rodean.

Cuando queráis os hablo de Steve Jobs y los quebraderos de cabeza que sus quebraderos de cabeza provocan en Apple debido a su auténtico liderazgo.

Marketing

FIDELIDELIZAR AL CONSUMIDOR, ESE GRAN RETO

Si somos fieles a un frío asiento que no nos cuida y ni nos dice nada, ¿cómo no vamos a ser fieles a una marca que nos haga sentirnos especiales o a una empresa que nos cuide?

El otro día decidí hacer el experimento. En un viaje con unos adolescentes, durante dos días había visto como la teoría se argumentaba mediante la práctica: nada especial, habíamos conservado los sitios en el comedor del hotel que el primer día fueron escogidos de una forma medio casual, medio de forma obligada (¡no podían no sentarse al lado del amigo íntimo!). Y, al tercer día, el gran estallido. La teoría del big bang se cumpliría: decidí cometer la irreverencia de llegar el primero al comedor y sentarme en el sitio de otro. Me imagino, amigos lectores, que sois conscientes de lo que pasó. Todo cambió de golpe. Hubo miradas, gestos de complicidad, interacciones casi imperceptibles, instrucciones furtivas…

El deseo de pertenencia a un grupo, el amor a los colores, la identificación a algo, la lealtad por un buen motivo…es algo que va unido a la naturaleza humana. No hace falta mucho a veces para persuadirnos y “ganarnos para la causa”. Sin embargo, muchas empresas se empeñan por desaprovechar esta oportunidad servida en bandeja y expulsan a su cliente o no deja que se acerque a ellas, de una manera dramática, visto desde fuera. Tienen todo y se quedan con la nada…¡qué despilfarro!

Fidelidad es una palabra que se convierte en clave. Debemos conseguir que nuestra marca, nuestra empresa, sea para el consumidor como su equipo de fútbol, por que como oí decir hace poco a un responsable del Real Madrid, “cambiamos de partido político, cambiamos de colonia, cambiamos de…de lo único que no cambiamos nunca es de equipo de fútbol”.

Ser largoplacista es clave. Interpretar el primer contacto como una venta sin necesidad de vender y esperar a que se produzca la primera venta para tratar al cliente como una repetición de venta y un momento para agradecer el cliente su compromiso con la empresa, es tener una visión de futuro, querer ver más allá de lo obvio.

Un descuento por la repetición de compra puede ser una buena estrategia, pero me parece más interesante el poder agradecer la compra con una muestra más cercana de agradecimiento, como un regalo “fidelity”. Cuando el cliente muestra interés por tu producto, por tu empresa, por tu marca, independientemente de que compre o no, agasajarle como si ya fuera comprador y tratarle como tal puede ser ese “todo o nada” del que hablaba antes.
Al cliente hay que hablarle sin decirle nada, sin apabullarle, sin convencerle. El convencimiento tiene que venir de él mismo, a través de nuestro compromiso con informarle, agasajarle, llegarle. Ah, y si le regalas un bolígrafo, que escriba…

Reflexiones sobre la pasión

El artículo de Antonio Mingarro me hizo reflexionar...y este es el resultado.

SER PROFESIONAL...MENOS EN EL SUELDO

Cuando la pasión está de por medio la profesionalidad no está en juego. Es curioso ver como generalmente no caben dudas cuando el que desarrolla una determinada actividad es alguien que lo hace no por la recompensa económica unida a ella, sino por otros motivos, generalmente más altruistas.

Podríamos llegar a pensar de un modo emocional que cualquier compromiso debería ser remunerado en función de su nivel, pero nos parezca bien o mal, eso no es así. Vivimos en el mundo de la eficiencia, pero también de la rentabilidad. Cuan rentable eres para tu negocio marca cual es la contraprestación que recibes a cambio. Ese “tanto generas, tanto te doy”, tal vez por estética (¡y más cosas!) debería ser sustituido (o, nos gustaría que fuera) por un “tanto das, tanto te devuelvo”. Sabemos que no es así. Equilibrio rentable, pero desequilibrio de esfuerzos es lo que marca el guión. Habitualmente, tu empresa te remunerará en función de los ingresos que la generes, pero no lo hará en función del esfuerzo que desarrolles.

Cuando lo que doy es mucho y no espera una recompensa económica, está claro que es dado por algo más “limpio” y requiere algo a cambio. En ocasiones reconocimiento es suficiente. Otras, satisfacción personal. ¿Otras? Quiero pensar que si haces algo es por que te compensa su realización, aunque a simple vista no se perciba, pues sino no lo harías…

La exigencia por realizar tu desempeño de una forma estrictamente profesional, con independencia de cual sea la actividad que desarrollas y la recompensa material que recibes, debería ser algo incuestionable, irrenunciable. La exigencia por remunerar dicho compromiso en base a su nivel sería algo bonito, amable. En cualquier caso, aunque esto no sea así, el ser profesional en tu profesión, independientemente de la recompensa, es algo que aunque no llene tu bolsillo, debería llenar tu orgullo y tu satisfacción y que a buen seguro encontrará además otro tipo de recompensas. Y sino, busca otra actividad que lo haga…


Pero lo que las empresas no saben y si lo saben (que deberían) lo disimulan, es el enorme coste que tiene la pérdida de pasión de sus trabajadores, así como la pérdida de un trabajador apasionado por su trabajo que se va a otra empresa. Suelen darse cuenta cuando pierden lo que tenían. Y, claro está, como se suele decir “al final, siempre queremos lo que no tenemos”.

Colaboración especial

A él le gusta escribir. A mí leerle. Simbiosis perfecta. Es periodista, pero sobre todo es amigo. Leedlo y disfrutad leyendo.


Cuánto cuesta un rayo de esperanza
Por Antonio Mingarro
El problema de la vida es que pocas veces te ofrece términos medios. Y todo ello se agrava cuando toca escribir de la economía... La vida, a la hora de verdad, te pide que salgas a bailar o te quedes en la mesa mirando. Y no hay posibilidad de buscar un atajo saliendo un rato a la pista para despistar y esconderte. De poner excusas o agazaparte... La vida, a la hora de la verdad, no concede espacio a las diplomacias. Y cuando se habla de economía, finanzas o dinero, todo ello se multiplica…

Existe un grupo de tipos que con sus acordes tratan de porfiar contra esta evidencia. Y tal vez juntos, algún día, consigan derribar el espigón de la barrera que tienen delante, pero lo cierto es que todavía no lo han logrado... Se trata de los cantautores, de aquellos músicos que conforman la que yo defino como “música de verdad”, porque esconde siempre a una persona subida a un escenario sólo con una guitarra, letras trabajadas, compromiso y gotas de encendida verdad. Los cantautores son una especie que en teoría debiera estar condenada a la extinción, pero que contra todo pronóstico sigue germinando. Son como la mala hierba que crece circundando el olivar, porque por mucho que se invierta en eliminarla, siempre acaba habiendo alguna excusa para que aparezca de nuevo. En teoría, les toca hablar de todo menos de dinero, pero precisamente el dinero es el fondo de su historia…

En este espacio de palabras, Juanjo siempre trae a colación a aquellos que trataron de abrir caminos explicando la génesis de algo tan difícil de razonar como es el dinero. Leyéndole, tengo la sensación de que Juanjo, con su brillante capacidad de verificar, es capaz de exponernos, como diría Pedro Guerra, por qué “la lluvia nunca vuelve hacia arriba”, pero a la hora de la verdad, hasta los cantautores necesitan que su música sea cómplice de sus finanzas y que los acordes de sus guitarras tengan algún significado a la hora de algo tan terrible como pagar sus facturas…

Cuesta mucho explicar cómo un cantautor, persona que cuida sus letras al máximo, que rima en consonante y asonante en cada golpe de voz y que trata de encender el alma a la hora de componer, puede pensar en algo que no sea lo intrínseco a la hora de expresarse. Pero los cantautores también han de vivir. Y lo cierto es que, si toca ser sinceros y descubrirnos, a día de hoy sólo un puñado de ellos, muy contado con las manos, puede sobrevivir a base de sus composiciones. Y que los demás buscan el requiebro en sus ratos libres para resolverse la existencia y trabajan como comerciales de cualquier marca, sometidos al yugo de obligaciones y rutinas…

Los cantautores escriben en gran parte sobre Amor, que es la mentira que más se aleja de la Economía. Sólo hablan de dinero y recuentan ganancias en “petit comité”, como si atreverse a ello fuera un desafío. En las madrugadas, tratan de olvidar lo cotidiano inundando de alcohol el alma o componiendo para liberar el miedo. La economía del creador, sea escritor, escultor o creador de esculturas con canciones, vive al minuto, como si nunca hubiera un mañana. Pero el dinero casi siempre amenaza, erigido en ocasiones en un temor que nos asedia. En los mejores casos, cuando existen sitios románticos como el Barcelona 8 de Madrid, una noche merece la pena por lo vivido y cobrado, pero no es lo habitual, porque en buena manera, los cantautores, como cada uno de los requiebros que ves montado en el Metro al amanecer, están condenados a vivir en el día a día. Otra cosa es que lo disimulen con astucia hablando de Amor, destino y memoria. Pero eso no es por sí mismo un delito. Tú también lo haces. Y yo jamás podré evitar tener que hacerlo…

Economía para no economistas

DE DEFLACIÓN, PARO, CRISIS…

Las variables macroeconómicas son los termómetros de la economía. Cuando una persona quiere valorar su estado se puede tomar la temperatura con un termómetro y ver que ocurre…Cuando queremos ver el estado de una economía, ese termómetro consiste en mirar la producción (PIB, PNB), los precios (IPC, Tasa de inflación) y el nivel de empleo (Tasa de paro, Tasa de actividad) entre otras cosas.

Podríamos pensar que el que bajen los precios es bueno, pero no es tan simple la cosa. Hablamos de deflación cuando se da una bajada generalizada (afecta a los bienes y servicios en general y no a unos pocos) y sostenida (se mantiene en el tiempo) de los precios de los bienes y servicios que se venden en una economía (generalmente un país).

La deflación suele ser un indicador de una mala situación económica y suele esconder graves problemas detrás. Provoca que el consumo disminuya (la demanda disminuye y con ello el crecimiento de la economía), ya que la esperanza de que la bajada de precios persista hace que los consumidores esperen a la hora de adquirir productos. Y esta situación de espera es la que hace que todavía los precios caigan más, ya que al disminuir la demanda, como es lógico, los precios tenderán a bajar más aún (los vendedores no pueden dar salida a su producto y se ven obligados – las situación les obliga – a bajar los precios para incentivar la compra de sus productos).

Pero, ¿qué harán entonces las empresas, incapaces de poder vender todo lo producido? Diminuirán su producción (su oferta) y debido a ello no las quedará más remedio que despedir a trabajadores, incapaces de rentabilizar su posición en la empresa ante la disminución de las ventas de la misma. “Si no vendo, no produzco y si no produzco no te necesito” sería el simple pero sólido argumento que podría esgrimir el empresario para explicar su situación.

Pero claro, ese trabajador despedido se encuentra ante el problema de la disminución de sus ingresos y con ello de su capacidad para adquirir, aunque los precios hayan caído. En una situación como la española, en la que el sistema social ayuda a convivir en ocasiones (¿demasiado?) bien con el paro, no necesariamente tiene que ser un problema a corto plazo la situación de desempleo, pero sí seguro que a medio o largo plazo, ante la inseguridad que genera de cara al futuro.

Vuelve a aparecer la influencia de las expectativas, como siempre tan influyentes. Porque en economía, el “efecto pigmalión” no es una posibilidad, sino una realidad. Cuando crees que va a ocurrir algo, tus actos presentes se desarrollan conforme a las creencias futuras. Así funciona la Economía. Piensa que algo ocurrirá, que tus actos harán que ocurra…

¿Y cómo medir la situación global de una economía? Cuando hablamos de que una economía crece sabemos que es una situación positiva, pero debemos entender qué es “crecer”. Hay crecimiento económico cuando si tomamos como referencia un periodo y otro anterior, después se produce más que antes, midiendo la producción utilizando otra variable macroeconómica, el Producto Interior Bruto (PIB).

Lo contrario a crecimiento económico no debe ser necesariamente “crisis” como parece que nos empeñamos en decir. Al hablar de crisis económica nos referimos a una mala situación generalizada de una economía acompañada de malas previsiones de cara al futuro.

Hablar de recesión puede ser muchas veces más acertado. Una recesión económica se produce cuando durante al menos dos trimestres el PIB presenta un crecimiento negativo.

Unir recesión (o crisis) a aumento de paro no debería ser difícil de entender, es algo lógico. Unirlo a deflación es más complejo y por supuesto que no necesariamente obligado. De hecho, en España, en una situación como la actual, algunos hablan de riesgo de deflación, mientras que para otros el futuro amenaza con una previsible inflación. ¿Quién tendrá razón? Preferiría escuchar a alguien hablar de estabilidad de precios, que es la situación que se da cuando los precios en una economía no suben ni bajan de manera significativa, conservando el dinero su valor. Pero esto, hoy en día, parece algo más que un sueño…

De Filosofía y Economía (y Deporte)

Thomas Hobbes vs. Adam Smith


“El hombre es como un lobo para el hombre” y no le faltaba razón a Hobbes.

Adam Smith hablaba de cómo los intereses egoístas individuales guiaban a la sociedad a un beneficio común. Su famosa “mano invisible”. Esto puede ocurrir en la Economía… ¿ocurre?, pero habría que plantearse y dudar si realmente ocurre en otros aspectos de la vida (e insisto, ¿en la Economía?). La unión de objetivos puede generar sinergias. Pensemos en una empresa o en un equipo deportivo. La colaboración y cooperación pueden llevar a la consecución de objetivos para el grupo, a la vez que se consigue dar respuesta a objetivos individuales. Pero esto no es siempre así. A veces, con frecuencia, prevalecen los objetivos individuales, aunque los intentemos esconder y tapar, y los resultados del colectivo quedan en entre dicho.


Todos solemos tener claro lo que debemos decir, ahora bien, ¿nuestras acciones acompañan a nuestras palabras? Ahí es donde suele radicar el problema. Surge la necesidad de un ente que marque las pautas del grupo e incluso sea responsable de sancionar el incumplimiento de las obligaciones individuales adquiridas en ese contrato a veces tácito de compromiso de pertenencia a un grupo. A ese ente le podemos llamar Estado (¡viva la vuelta de Keynes!) en Economía, director general en la empresa, entrenador en un equipo deportivo o padre/madre en una familia. O, si quieres, llámalo Leviatán como hizo ya antes Hobbes.

Estaríamos hablando entonces de un monstruo que nos protege de otro monstruo más terrible (“la guerra civil”, el enfrentamiento, la falta de entendimiento…). De un monstruo necesario ante el monstruo innecesario pero constatable que saca nuestras debilidades a la luz. Continuamente aparece la bifurcación en el camino que nos desvía del objetivo marcado por el colectivo. El cómo reaccionamos ante este hecho, marca el resultado de nuestra vida.

Hobbes encuentra tres razones de la pelea entre individuos: la competición, la inseguridad (desconfianza) y la gloria. Estos tres motivos los podemos encontrar continuamente como movilizadores de acciones en los trabajadores de una empresa o en los miembros de un equipo deportivo. Hobbes hablaba de ese monstruo (Leviatán – Estado) que pusiera límite “al amor propio de cada uno así mismo”, que nos lleva a creernos merecedores de todos los parabienes y que claro, coloca en posición de enemigo a aquel que aspira a lo que nosotros entendemos como nuestro. Se hace necesaria pues la aparición de alguien que nos ponga firme y atenúe nuestros egoísmos, en la empresa, en el deporte (entrenador democrático vs. entrenador autocrático, Sr. Smith vs. Sr. Hobbes…buen debate), en la vida...

Con lo cual, pretender que nuestros egoísmos nos lleven al bien para otros, cuando estamos muchas veces en disputa/competencia por lo mismo, es algo cuanto menos arriesgado (perdónenos, señor Smith). En multitud de ocasiones basta con que alguien (¡ya estamos refiriéndonos a ese monstruo!) haga un planteamiento inicial de objetivos compatibles y desaparezca…Otras muchas veces, porque se quede velando por la consecución de esos objetivos. En otras tantas, porque vaya dando las pautas para la interacción exitosa a lo largo de todo el proceso.

Claro, que en la situación económica actual, a pesar de todo, algunos se empeñaran en decir que el capitalismo existe, cuando los gobiernos actuales se han empeñado en hacer de auténticos monstruos y eliminar el capitalismo puro…en pos de la defensa de intereses particulares, pues en un capitalismo puro algunos de los que hoy se enriquecen se deberían morir de hambre, mientras que algunos de los que luchan por no morirse de hambre a lo mejor podrían salir airosos si las verdaderas normas las marcara libremente el mercado…¡utopía!.

Cuando la mano invisible se hace visible hay que ponerle nombre y deben salir a la luz claramente las reglas del juego, pues sino se corren más riesgos que los que la no intervención provocaría.

La historia muestra a Hobbes como uno de los enemigos de las ideas liberales, pero amigos lectores, aunque os parezca extraño, también le muestra como un personaje influyente en las ideas liberales de Adam Smith…


Adam Smith o Thomas Hobbes, ¿o nos quedamos con los dos?

La Credibilidad

Si tuviera que utilizar una palabra para decir lo que debe cuidar un negocio que persigue tener éxito, sin lugar a dudas esa palabra sería "Credibilidad".

En general, las personas sabemos lo que tenemos que decir en distintas situaciones. En las empresas, a través de sus responsables, también.

Después de decir lo que creemos que nuestros interlocutores desean oír, llega lo más complicado. Nuestro oyente pensará "Ahora veremos si es capaz de llevarlo a la práctica" y si queremos ser creíbles, generar confianza y asentar un futuro "amable" debemos tomarnos como algo muy personal el intentar que nuestras palabras vayan secundadas de hechos en la línea de lo expuesto.

Hablar es gratis...parece. Nuestras palabras deberán suponer un "contrato de compromiso". Compromiso con lo prometido, con lo expuesto.

Liga tus palabras con tus actuaciones y tu negocio de la vida será exitoso.

Ahora, ya sabes, cada vez que digas "Mañana te llamo", llama; "No te preocupes, que lo hago el fin de semana", hazlo; "Te lo traigo luego", tráelo...

miércoles, 8 de abril de 2009

Trabajo en equipo

Viene a mi memoria un artículo que escribí durante la Olimpida de Pekín y al que no di salida en su momento. Ahora que quiero hablaros sobre el trabajo en equipo, creo que es buen momento:


EL CICLISMO, UN DEPORTE EN EL QUE MIRARSE

Ayer ganó un Tour y hoy trabajando para otro,…Ayer estrella, hoy peón.

Carlos Sastre, más de una década esperando para alcanzar la gloria. Durante años fiel escudero de grandes ciclistas (Jalabert, Olano, Beloki, Hamilton, Basso) para, en el ocaso de su carrera, deslumbrar al mundo ganando un Tour en el que todos le daban como aspirante, pero pocos hubiéramos firmado su victoria.

Y, 15 días después de esa gran hazaña, aparece convertido en el máximo valedor en la exhibición de Samuel Sánchez, ¡campeón olímpico!, un “pata negra” al que pocos concedían opciones, pero que lleva años desde el anonimato, flirteando con la élite del ciclismo mundial.

El ciclismo no es como otros deportes, en los que cuando el equipo alcanza el éxito, dicho éxito es recompensado a nivel general mediante una medalla o un título cuya posesión corresponde a cada uno de los miembros del equipo.

El ciclismo no es así. Un deporte en el que el trabajo en equipo alcanza su expresión máxima, recompensa sin medalla o sin título a aquellos que no pasaron la meta el primero, pero que trabajaron hasta la extenuación para que un compañero la pasara.

La victoria de Samuel en la Olimpiada de Pekín es un ejemplo. Contador, todo un campeón del Tour y del Giro, ni siquiera pudo llegar a meta debido a que se había dejado sus fuerzas trabajando para sus compañeros de selección. Carlos Sastre llegó a más de 6 minutos después de trabajar incansablemente para otros (como otros trabajaron en el Tour para él), cuando si hubiera perseguido el interés propio, seguro que hubiera estado con los primeros (demostró un estado de forma espléndido). Alejandro Valverde, máximo favorito junto con Bettini, aprovechó su condición de referencia para el resto de favoritos, para realizar una labor de contención, viendo como otros se quedaban a su estela vigilando sus movimientos mientras Samuel caminaba con paso firma hacia la gloria. Esta vez el gran Freire debido a sus problemas físicos quedó en un segundo plano.


Como vemos, todo un trabajo de equipo magníficamente rematado por uno de los miembros del mismo, que será el que aparecerá para la posteridad reflejado en el medallero, mientras que al resto solo le quedará la satisfacción de haber sido una pieza vital a la hora de construir la victoria y a lo mejor el reconocimiento de los seguidores, que tal vez no tardarán mucho en olvidarse de su gran trabajo.

El ciclismo se muestra una vez más como un deporte en el que el trabajo de equipo llega a su máxima expresión y en el que la humildad y sacrificio de la mayoría lo convierten en un espejo en el que mirarse y querer aprender para otros deportes, como el baloncesto.

Es un ejemplo a dar para nuestros jóvenes baloncestistas que practican una disciplina en la que la colaboración y la cooperación resultan indispensables, pero en las que los egoísmos e individualismos suelen aparecer, frustrando la consecución de lo que debería ser el objetivo aglutinador para todos lo integrantes, aunque individualmente, es lógico, cada persona pueda tener sus propios objetivos secundarios.

En el baloncesto, sin la colaboración de otros, es difícil alcanzar el éxito. Solo con su colaboración seremos capaces de intentar luchar por algo que redundará en el beneficio propio, pero a buen seguro también en el del resto.

Jordan decía que cuando algunos de los jugadores de un equipo no están dispuestos a sacrificarse por el bien del equipo, curiosamente, las metas individuales se convierten en más difíciles de alcanzar. Decía que “si los objetivos se conciben y logran como equipo, las carreras individuales destacarán por sí mismas”.


En el ciclismo no creo que siempre sea así. Por eso me he querido acordar de ese deporte que tanto nos puede ayudar por sus numerosos ejemplos para dar a nuestros jóvenes baloncestistas, aunque haya en él muchos anónimos que nunca alcanzará más que pequeño reconocimiento de aquellos para los que trabajó y el anonimato para el resto.

He aquí mi pequeño homenaje a un deporte que tiene tramposos (pocos), como hay en todos los deportes, a los que afortunadamente se les suele pillar, pero que es mucho más que eso (aunque a veces sea lo que más nos muestran los medios). Es ante todo, un deporte en el que mirarse…



Lástima que menos de dos meses después, en el Campeonato del Mundo de Varese, las palabras del seleccionador español, Paco Antequera, al finalizar la prueba: "Hemos hecho el ridículo", no hicieran sino constatar que las cosas, aunque las tengas, se pierden si no las cuidas. Y cuanto más valor tienen, mayor esfuerzo a la hora de cuidarlas requieren, pues mayor es el valor de lo que pierdes.